Acceso a la información jurídica en la red:
Aprender a utilizar las nuevas tecnologías o, en otras palabras, adquirir
conocimientos básicos sobre los medios de comunicación y la información debe
ser un objetivo primordial, a medida que esos adelantos se generalizan en el
ámbito del acceso a la información y su intercambio.
La libertad de información no garantiza el acceso. Aún
en caso de que las autoridades sean modelos en cuanto a la divulgación,
poniendo la información en línea mediante el gobierno electrónico, la población
no podría ejercer plenamente su autonomía sin un medio de acceso a esa
información. La posibilidad de conectarse a Internet y los recursos telemáticos
son cruciales para un acceso irrestricto a la información. Esto vale también
para el acceso a las noticias nacionales o internacionales, o aun simplemente
para ofrecer opciones pluralistas en materia de medios de comunicación. Si la
ausencia de conectividad o de equipos puede poner de relieve la brecha digital
y la consiguiente disparidad en materia de conocimiento entre los países en
desarrollo y los desarrollados, también los grupos dentro de un país pueden ser
aún más marginados por su imposibilidad de acceso a la información que circula
en Internet.
No debemos subestimar la importancia del acceso a las tecnologías y la
infraestructura, que aún escasean cruelmente en muchas partes del mundo. En
efecto, ¿qué pueden significar los conceptos de “revolución digital” o
“sociedad de la información” para el 80 por ciento de la población mundial que
todavía no tiene acceso a las instalaciones básicas de telecomunicaciones, o
para los cerca de 860 millones de personas analfabetas, o para los dos mil
millones de habitantes del planeta que todavía carecen de electricidad? De aquí
que se justifique plenamente la prioridad otorgada a la reducción de la brecha
digital en todos sus aspectos.
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